martes, 20 de agosto de 2013

Entrevista a Sol Linero

Después de dos años en Miami trabajando para MTV, Sol Linero sintió la imperiosa necesidad de volcarse al freelance y elegir hacer lo que más le gusta y lo que mejor le sale: ilustrar y animar de puta madre.

En la casa de Sol Linero se confunden sus ilustraciones retro, algo naïf y cincuentosas con los juguetes de su hijo Ulises, que mira los dibujitos mientras su perro Poncho lo vigila atentamente. Sol vivió un tiempo en Miami cuando trabajaba para MTV y hace cinco años, cuando volvió a Buenos Aires, se trajo un montón de experiencia y hasta un novio mexicano, Jogu, también diseñador. 
«Hago lo que me sale», explica Sol Linero y esa autenticidad se traduce en el espíritu de sus ilustraciones, animaciones, diseños y hasta en la decoración de la casa donde vive y trabaja. Su espontaneidad y talento están tan bien combinados que todo ‘lo que le sale’, le sale bien. 
A los 24 años, cuando egresó de la carrera de diseño gráfico en la Universidad de Buenos Aires, Sol empezó a trabajar a Steinbranding después de un ‘sí, yo sé animar’, a pesar de que su reel eran sólo tres trabajos pedorros que había hecho en la facultad. «En Stein buscan gente re junior para pagarle dos mangos, yo entré así: trabajando 8 horas por día, ganando 600 pesos, mientras pagaba un alquiler de 500», cuenta Sol. «De todos modos, no tengo nada que reprocharles, el 50% de lo que sé de animación lo aprendí ahí». Después de un poco más de dos años en Steinbranding, triplicó su sueldo, aprendió lo que necesitaba y siguió su camino. Llegó a MTV en 2005 a través de su amiga - y ahora coequiper - Juliana Pedemonte (fundadora del estudio Colorblok) que cuando estaba dejando su pasantía se le ocurrió recomendar a Sol, su ex compañera de la facultad. Un mes después ya le habían tramitado la visa, dejó todo y se fue a Miami. «Ni bien llegué se fueron todos a Playa del Carmen a los premios MTV y a mi me dijeron ‘vos quedate, encargate de lo que hay que hacer acá’. Los premios se suspendieron por el huracán Wilma así que me pusieron a hacer las gráficas para avisar que no se hacía nada». El primer año fue un poco difícil, pero a los pocos meses Sol ya se había hecho amiga de toda la oficina. 

En Steinbranding aprendiste a animar, ¿y en MTV qué aprendiste? 
- Aprendí más que todo los manejos de un canal. Me encargaba de la animación y el diseño de las promos, el packaging de los programas, los premios MTV Latinoamérica y el light switch que es como llaman al cambio de imagen del canal que se hace cada dos años... Era como una utopía: hacías lo que querías, nadie te controlaba, entrabas a las 12, salías a las 9 de la noche, era cualquiera. Allá en Miami era así, cuando se mudaron a Buenos Aires fue todo lo contrario, por eso no me gustó y me fui. 

En 2007, MTV decidió traer el departamento creativo a Buenos Aires, abrieron una oficina grande por Palermo y contrataron un montón de gente. «Mi idea siempre fue ir un tiempo a Miami y volver, y de pronto todo se dio muy fácil como para hacerlo. Me ofrecieron un mejor puesto acá, me mudaban las cosas y era venirme para acá o quedarme allá sin trabajo y ver qué salía. Nos decidimos y vinimos con Jogu, hacía un año ya que estábamos juntos». Pero el entusiasmo le duró poco y al tiempo Sol tomó otra decisión más: «Más vale tarde que nunca fue, en mi caso, largarse a trabajar freelance. En algún punto había pensado hacer carrera dentro de MTV y llegar a un puesto alto, pero después me di cuenta de toda la burocracia de empresa y dije ‘ni loca’».
Lo primero que hizo Sol fue diseñar su página web para mostrar lo que hizo y ahí se encontró con que tenía que plantearse que quería hacer de ahora en más. ¿Ser un gran estudio? ¿Hacer lo que le pidan? ¿Hacer lo que le gusta, ser ella misma y crear un estilo? ¿Cuál fue su respuesta? Ser auténtica y hacer lo que le sale, claro. «Mi conclusión fue ‘Si pongo mierda en mi página, me van a llamar para hacer mierda’ asi que empecé a hacer por hacer. Ofrecí mis ilustraciones por Etsy, la tienda online, y por Etsy me contactó una galería online. Luego a través de Flickr, me escribió Mariana, una chica que vive en Los Angeles, y me ofreció hacer una animación sobre la adopción de chicos huérfanos. ‘Each campaign’ fue el primer trabajo freelance que me encargaron y hasta el día de hoy me encanta. Comencé a hacer cosas que me gustaban a mí y no para un cliente, y al empezar a poner más cosas en mi página y que esos trabajos rotaran por la web, me llegaron propuestas de trabajo de todos lados. La mayoría de los trabajos me fueron llegando, muy pocos los busqué yo. El primer año mis dos clientes fuertes fueron Mariano y Mariana». 
Mariano había trabajado con Sol en MTV para un programa que se llama ‘Agentes de Cambio’. «De todo lo que hice en MTV era lo que más me gustaba y lo más parecido a mi estilo actual. Mariano jamás me corrigió nada de diseño porque viene de edición, de producción y esas fueron las primeras animaciones lindas con mi estilo que puse en mi página». 
Ahora Sol todavía trabaja para el canal, pero desde su casa y también para Nickelodeon, Unicef, el Banco Interamericano de Desarrollo, Vh1, Take Part, Pottery Barn, The Boston Globe; y en Argentina con Monoblock, la marca Ver, la revista Descorches, el canal Utilísima, entre otros. «A principios del 2011 empecé a tener trabajo constante y hasta ahora - toco todas las maderas del mundo - no ha parado. No pasé más de tres semanas sin que me llegara un mail de trabajo, estoy re contenta».

¿Cómo te imaginabas el freelance? ¿Más libertad? 
- Más que todo lo pensaba como la manera de atraer los trabajos que me gusta hacer.

¿Qué es lo que más disfrutás hacer?
- Ilustración. Ya estoy re podrida de animar. Está bueno pero te lleva mucho tiempo. Cuando definí mi estilo retro, sencillo, geométrico, quise tener una coherencia entre animación y diseño. 

Es difícil creerle cuando dice que no sabe ilustrar en papel y que es ‘un queso’ dibujando. «Pero mal, eh», aclara. Por esa limitación, Sol optó por adaptarse a lo que sabe y esa es una de las razones por las cuales su estilo es tan simple y geométrico. «Como no sé dibujar, las proporciones no me salen bien y las perspectivas tampoco, me salía todo sintético, las formas simples. Además, siempre fui fan de lo retro y sobre todo de la época de los ‘50 asi que sumado eso y mi poca capacidad para dibujar, me llevaron un poco a lo que hago ahora. Después con Juli empezamos a hacer ilustraciones como serigrafías y, como cada tinta es una capa y no se trabaja con más de 4 ó 5 colores, eso me ayudó a trabajar con una paleta más limitada».

¿Cómo hacés para saber cuándo está terminada una ilustración? 
- Creo que eso es práctica. Antes podía estar una semana con una ilustración y la daba vueltas y vueltas hasta que decía ‘me cansé, no la toco más’. Ahora tengo más cancha, más seguridad, tengo mi estilo más definido. Ya sé que esta combinación de colores me gustó y no la cambio más, armo más o menos un layout, lo ajusto un poco y queda. Además te apura el poco tiempo. Es tener el ojo entrenado y hacerlo más rápido y saber más o menos que de tal forma las cosas quedan bien. 


Foto Catalina Bartolomé
Publicado en Dadá Mini #21- «Más vale tarde que nunca» - 2012

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