Más que a esos indefinibles osos, perros, ornitorrincos o vaya uno a saber qué son - que al fin y al cabo ninguna culpa tienen de haber sido dibujados por alguien con semejante mal gusto- me resultan detestables quienes los consumen y para colmo les dedican un “aaaaahhh” cuando se los encuentran en alguna librería. Puedo afirmar fehacientemente que jamás podría agradarme una persona que guste de esas criaturas de ojos vidriosos y ridiculamente enormes que se suponen son “tiernos”.
Si, qué mala onda.

HAY QUE MATARLOS CON SAÑA!!!!
ResponderEliminarmas que tiernos algunos parecen reventados de cansancio o de gotas para dormir ja o algo asi
ResponderEliminarAY DIOS YO TMB LOS DETSTO!
ResponderEliminarAlguien lo tenía que decir!!! Cande
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