martes, 20 de agosto de 2013

Entrevista a Elliot Tupac

(colaboró Nicolás Cacciavillani)

Elliot Urcuhuaranga Cárdenas nació en Lima, Perú, hace unos 32 años y desde los 12 diseña lettering y está obsesionado con las tipografías para afiches chicha. Estos carteles nacieron en los ‘80 y se caracterizan por una estética marcada por la música tropical, de letras sinuosas y colores estridentes, como para que los shows de Los Ovnis, el grupo Karicia y los Shapis no pasaran desapercibidos en la vía pública.Es un artista absolutamente atravesado por la cultura popular andina y sus ancestros wankas, y su lucha pasa por revolucionar el mundo de la gráfica para que el estilo chicha deje de ser considerado «como un simple cartel de papel y tinta flúo, e incluso peyorativamente de mal gusto». En su cruzada por la reivindicación del arte que surge de las entrañas de su Perú natal, Elliot realiza diseños para revistas inglesas y chilenas, gráficas para publicidades y otros productos audiovisuales (¡hasta para la campaña de Alan García!), exposiciones, workshop y charlas en universidades, festivales de diseño y demases por todo el mundo. Es decir, su revolución está ganando terreno porque más allá de la estética chicha “existe un mundo único” y queremos conocerlo.


El trabajo en tu tipografía parece nacer desde las entrañas mismas del Perú, ¿cuánto te has adentrado en la selva tropical? ¿de dónde nacen esos colores y curvas?
El trabajo tipográfico es más bien un capricho en principio de niño muy inconsciente casi por inercia, dado el taller de cartel que tenía mi papá, y luego ya de joven fue más bien un consumo desmedido de todo tipo de “tipografías”. Sobre la selva tropical nunca tuve una cercanía como inspiración, fue un mundo aislado, una cultura distinta a la cultura de mis ancestros, los wankas. Los colores andinos en muchas regiones del Perú son muy coloridas y la de la región central no es la excepción, hay mucha influencia de los bordados wankas. Las curvas son gustos personales y, de hecho, la influencia es libre por un gusto de las caligrafías y letras rimbombantes, sinuosas, ondulantes, bailante... musical; es decir: es una cosa que me gusta y ya. 

¿Cómo te llegaste a encontrar dentro de los afiches de chicha?
Porque mi padre tenía un taller de serigrafía y siempre se hacían anuncios de todo tipo e intrínsecamente las tipografías eran una constante. 

¿Lo cultural es parte fundamental de lo creativo?
Lo cultural es fundamental en mi caso. He absorbido cultura popular y, al mismo tiempo, he sido parte de una cultura gráfica emergente con matices, además Lima ciudad es un crisol muy interesante y muy rico por el abanico de culturas regionales que se establecieron con la migración. 

¿Cuál es tu mayor fuente de inspiración?
Perú. 

¿Cuál es tu vínculo con los músicos que te convocan por tu estilo?
Es un vínculo casi cotidiano y en estos últimos años es mucho más constante, ahora todos quieren un diseño exclusivo de Elliot Tupac. 

Latinoamérica es como un cóctel que algunas veces te pica en la garganta, ¿cómo encontraste tu lugar como gráfico? Ese espacio que retratás, el “barrio”, ¿percibe el mensaje que querés transmitir con tus obras?
En principio fue sólo un trabajo mecánico, constante dentro de un contexto netamente musical, yo he hecho todos los transitos posible del cartel. Estudiaba comunicaciones y dejé al sexto ciclo, convencido de que el cartel chicha tenía que dejar de ser visto como un simple cartel de papel y tinta flúo, e incluso considerado peyorativamente de mal gusto, y que más allá de eso había un mundo único. Yo fui el único que hacía el cartel con mucha pasión en la tipografía, en los degradés de los colores, en la composición, y que tanto esfuerzo no sea pagado como debe, incita en mí una revolución que me plantea llevar el cartel chicha a otros niveles. Fue una lucha complicada, pero nunca desistí. Dejé luego mi trabajo de diseñador gráfico muy bien remunerado para dedicarme a tiempo completo al cartel chicha y las tipografías…En estos tiempos he conseguido que el cartel ya esté reinvindicado como una gráfica popular y que los peruanos se identifiquen con el estilo chicha y que este gusto incluso trascienda fronteras, es una satisfacción que no se compara con todo el dinero que te puedan ofrecer. 

Chicha, cumbia norteña… ¿alguna vez adaptaste tu trabajo a música no nativa del Perú?
Yo mimetizo mi estilo a las circunstancias, por lo general, es mi propuesta por encima de algún capricho del cliente, yo soy muy revolucionario para mis propuestas.

Una hoja blanca de unos 150x80cm, miles de copias y ver la expresión en las caras de la gente cuando pasa por la calle, ¿qué significado tiene esto para vos?
Mucha gente me cuenta que se lo arranca de las calles y tienen pequeños trozos de cartel en sus cuartos. Yo tengo sólo dos maneras o formas de entregar mi trabajo: las regalo o las vendo, no hay más opción. 

¿Cómo se combina el proceso artesanal que aprendiste en el seno familiar con la masividad de la vía pública?
La vía pública es un soporte muy potente para comunicar, para generar preguntas y respuestas, asi que el espacio público tendrá mi respeto y por ello se debe acompañar con la depuración de la técnica y no sólo rayar, hay esténciles y buenos esténciles, hay grafitti y buenos grafittis, hay carteles y buenos carteles. Soy consciente también de que mi estilo en los muros no tiene parangón con otros y me refiero al style, no sé si mi trabajo es bueno o malo, sólo soy consciente de que me gusta lo que hago. 

¿De dónde proviene tu obsesión por las tipografías? ¿Qué formas encontrás en las letras que no encontrás en otros signos?
Las letras son como seres vivientes, cada una con personalidad definida y, a la vez, tienen una expresión subjetiva, lo que para un espectador parece de una forma, a otro de otra forma. Yo hasta ahora he hecho mis tipografías muy caprichosas, no tienen una base académica y casi científica como lo son las tipografías de texto; y ese tipo de fuentes también me interesan. Es un reto, porque yo he hecho hasta ahora lo que he querido y las letras de texto también es mi objetivo a mediano plazo, por ahora sigo metido con las letras libres; pero no por ella mis letras están ausente de volúmenes, pesos. Mis letras cada una de las que haga siempre tienen su estilo, su onda. 

Bombero, astronauta, peluquero… ¿qué querías ser de chico? ¿qué es lo que más te gusta hacer hoy?
De niño, de joven,  quise ser artista plástico… y el tiempo se ha encargado de llevarme por el cauce del arte. Siento que mi trabajo tiene mucho de artístico sin ser yo un artista. 

Has participado en revistas de fama mundial y en fanzines independientes, ¿cómo es tu relación con estas publicaciones auto gestionadas? ¿cómo sería la revista ideal para vos?
La revista ideal para mí sería una hecha íntegramente con mis tipografías. Mucha pretensión, pero qué sería la vida sin pretensiones, sin aspiraciones…sin sueños. 

¿Cuál es tu dibujo animado preferido?
De niño no tuve una alternancia frecuente con la televisión, así que nunca tuve un dibujo animado preferido. Además, nací dentro de una familia influenciada generaciones tras generaciones de toda nuestra cultura popular, aprendí a entender que la cultura popular andina es una de las expresiones artísticas más sinceras, porque su influencia inmediata es su entorno y contexto social la cual alimenta todo ese imaginario real vivencial. 

¿A quién admirás?
Esto podría sonar a diplomacia, pero admiro mucho a mi cultura peruana, que han sido los referentes y la inspiración constante, no dejando de lado también las influencias visuales de todo el mundo. 

Tres objetos imprescindibles
Lápiz
Colores fosforescentes (spray, látex, esmaltes)
Mucha música

Tres websites preferidos
No tengo preferidos…espero que mi web sea mi preferida en algún momento: www.elliottupac.pe
Flickr: www.flickr.com/photos/elliotupac 
Facebook: www.facebook.com/elliottupac

Publicado en Dadá Mini #16- «Se viene el zurdaje» - 2011

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