viernes, 30 de enero de 2009

Leer es una Aventura sin Fronteras

Una noche hace muy mucho tiempo atrás soñé que acababa en la cárcel, el motivo era indistinto, lo interesante de la cuestión era mi arrollador positivismo que me llevaba a pensar "bueno, no está tan mal después de todo, dentro de la cárcel voy a tener tiempo de leer todos esos libros que siempre quise y no pude".
Tanto para el ingreso como para la salida en mi trabajo tengo que hacerlo a través de un molinete al cual acerco una tarjeta con mi código personal como empleada. La entrada es a las una de la tarde (unaycuarto a más tardar) y la salida, a las nueve de la noche. Entre la una y cinco y las tres de la tarde tengo la posibilidad de tomarme cuarentaycinco minutos (ni uno más) para almorzar fuera del edificio.
Hace un mes que trabajo ahí y ya llevo leídos cinco libros y ayer empecé el sexto.

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