Una noche hace muy mucho tiempo atrás soñé que acababa en la cárcel, el motivo era indistinto, lo interesante de la cuestión era mi arrollador positivismo que me llevaba a pensar "bueno, no está tan mal después de todo, dentro de la cárcel voy a tener tiempo de leer todos esos libros que siempre quise y no pude".Tanto para el ingreso como para la salida en mi trabajo tengo que hacerlo a través de un molinete al cual acerco una tarjeta con mi código personal como empleada. La entrada es a las una de la tarde (unaycuarto a más tardar) y la salida, a las nueve de la noche. Entre la una y cinco y las tres de la tarde tengo la posibilidad de tomarme cuarentaycinco minutos (ni uno más) para almorzar fuera del edificio.
Hace un mes que trabajo ahí y ya llevo leídos cinco libros y ayer empecé el sexto.
No estarás presa, pero trabajás para el Estado! Iupiiii!
ResponderEliminarQué grande Cocó! Sos un libro abierto!
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