viernes, 30 de enero de 2009

La Vieja está en la Cueva

Leer en la tele "Llueve en Buenos Aires" y ver imágenes de la ciudad desde arriba y cubierta de nubes ya de por sí es lo suficientemente poético y mucho más si estoy en ese lugar y en el mismo momento en que ocurre mi fenómeno meteorológico preferido.
Lo desesperante es estar mirándolo de lejos y a través de una minúsucla ventana en la oficina desde donde no se ve el cielo, sino cómo se estrellan las gotitas contra el vidrio. Imagino el resto y pienso en aquel cuento de Cortázar.
Un compañero comenta en voz alta "qué día para dormir una siesta" y es tan cierto que ya deposité mi imaginación sobre la cama.

1 comentario:

  1. Exiliada, te lo tomo...no entiendo lo de frustrada,no parece, por la forma en que escribís...
    Comparto tu amor por la lluvia, y si la preceden el viento y el olor a tierra...mejor !
    Saludos

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