martes, 23 de octubre de 2007

Roncan`Roll

Prefiero hablar de afonía porque suena más familiar, pero mi fonoaudióloga me lo prohíbe y me lo hace saber diciéndome "¿cómo? ¿este fin de semana te quedaste afónica o diiisfónica?" (poniendo el respectivo énfasis en el DIS ya que estamos hablando de afecciones distintas) y yo acato las órdenes de semejante persona avalada por un título que le otorga los derechos de ser escuchada con atención, además porque su voz suena mucho mejor que la mía, claro.
Cuando me falta la voz me desesperan las ganas que tengo de cantar en la ducha, en el auto y cada vez que me junto con amigos y suena una guitarra.
Me raspa la garganta cuando hablo, sin embargo tengo intensos deseos de contar un secreto a una amiga o de decirle a algunos cuánto los quiero y lo lindo que le queda ese corte de pelo.
Quiero emular a Maria Elena Walsh cantando La Reina Batata con mis sobrinos, pero no me alcanza el aire y me sobreviene la carraspera. Por el contrario, los domingos puedo entonar un blues al estilo Pappo y nadie notaría la diferencia.
Tengo mil teorías acerca de la falta de congruencia sobre ciertos hábitos humanos, la incoherencia de las convencionalidades, sin embargo (o con) no me alcanza el timbre de voz.
Dificil me resulta relatar a dónde salí anoche y explicar porqué me fui antes, devenir en divertida una situación patética y sostener una conversación teléfonica recién levantada de mi letargo porque mis nódulos no me dejan, me obligan a preferir el silencio o a conformarme con un susurro que el interlocutor casi siempre exige que repita para el desagrado de mi garganta.
Quiero gritar hasta provocar la sordera del prójimo en el mambo del SuperPark y después contarle a mamá lo mucho que nos reímos... pero no puedo.
Es dura la vida del disfónico, sobre todo la de aquel que practica una verborragia que supera las posibilidades de cura según los resultados de los ejercicios que con tanto cuidado diseñaron desde la foniatría.



4 comentarios:

  1. En una de esas, alguna fuerza sobrenatural desea que te quedes callada de a ratos...sin ofender no.
    La mitocondria ebria.

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  2. Cocó, tu bien has descripto uno de los principales males que afectan al ego de los comunicadores. La diiiiisfonía (en honor a tu profesional!) nos hace sentir que nos cortaron las piernas.

    Ahora, me preocuoa saber que el cantar de manera desaforada puede llegar a ser un síntoma que también compartamos los colegas de esta rama! Yo lo practico seguidísimo...

    Saludos Cocó a Ud. y a su garganta con arena!

    pd: el link a la página del SuperPark me resultó muy gracioso. No sabía que existía. Si te habrá subido al Gusanito Loco...(sin connotaciones).

    Besos Cocó!!!! Nos vemos mañana!

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  3. Cocó, tu bien has descripto uno de los principales males que afectan al ego de los comunicadores. La diiiiisfonía (en honor a tu profesional!) nos hace sentir que nos cortaron las piernas.

    Ahora, me preocuoa saber que el cantar de manera desaforada puede llegar a ser un síntoma que también compartamos los colegas de esta rama! Yo lo practico seguidísimo...

    Saludos Cocó a Ud. y a su garganta con arena!

    pd: el link a la página del SuperPark me resultó muy gracioso. No sabía que existía. Si te habrá subido al Gusanito Loco...(sin connotaciones).

    Besos Cocó!!!! Nos vemos mañana!

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  4. bien coquis!!!!

    ya sabes bien la diferencia...disfonia no es igual q afonia... y te felicito por hacer tratamiento y estar cuidando tu voz, por que es uno de los instrumentos más preciados de los comunicadores....

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