lunes, 5 de mayo de 2008

Paranoid Park. Paranoid Android.

Alex es el típico adolescente que va al highschool, pero esta vez es un pendejo cool que anda en skate y que se evidencia ávido de onda y desperdiciado en la nada misma. Alex se pasea por los pasillos de su escuela, hablando poco, con el pelo adherido a la frente, la tabla bajo el brazo y pensando sólo en salir a andar. Tiene una novia al estilo Avril-Lavigne (pero virgen), unos padres en pleno plan divorcio y un amigo inseparable aficionado como él al skateboarding.
Jared le propone una tarde ir a Paranoid Park, el paraíso de los skater boys, y a partir de ese momento la cabeza de Alex hace un ollie backside 180º, un kickflip 360º y la tabla se le incrusta justo en la conciencia. Flashea no sólo con el lugar y la gente que lo frecuenta, sino también porque una noche ambientando en el parque sale a hacer travesuras propias de rebeldes y provoca accidentalmente la muerte de un guardia de seguridad del tren que pasa cerca del lugar. No comenta el suceso con nadie y lo carcome el peso de la culpa.
Así transcurren los días de nuestro protagonista, pero no tan tediosos y sin sentido como los del Kurt Cobain en el “Last Days” del mismo director.
El film se centra tanto en el personaje de Alex que incluso en algunas escenas los secundarios quedan directamente fuera de foco literalmente. La paranoia que lo persigue se disimula en su casi inexpresivo gesto facial, pero genialmente retratada en la cronología fragmentada de la sucesión de los hechos y en la estética que mezcla sonidos e imágenes casi stop motion que ilustran el vacío moral de Alex.
Gus Van Sant combina de manera admirable el formato que va desde 35 mm a Super 8, lo cual le otorga a “Paranoid Park” un carácter que se acerca al documental y le confiere ritmo a las sensaciones y pensamientos que pendulan en la cabeza del protagonista. Hora y media de película en la que uno se pasa tratando de descifrar qué pasa por la cabeza de este chico tan adolescente y confundido que acaba por conmover.

(“Angeles” de Elliot Smith es el tema con el que culmina la película. Se le tildó el iPod a Gus: la misma canción se escucha en “Good Will Hunting” protagonizada por Ben Affleck y Matt Damon. Desde 1997, uno de mis temas preferidos y que se titule con el nombre que me puso mamá también hizo lo suyo en eso de ser uno de preferidos.)

1 comentario:

  1. Todo bien con Gus. Angeles de Elliott merece estar en todas las peliculas del mundo, desde las de stalone hasta las comedias de franccela.
    Me encanta cuando suena needle in the hay en los excéntricos tenenbaum, cuando el tenista se afeita y dice algo asi como que se va a morir / matar.

    Bueno, me colgué. Saludo!

    L.

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