lunes, 3 de octubre de 2011

Qué Lo Qué


Ser abarcativo no tiene nada de malo. Suena a algo así como ser generoso, dadivoso y espacioso. Un abrazo de oso es abarcativo y encima, implica el apretón. Más que suficiente, teniendo en cuenta que mi amigo y yo coincidimos en que son nuestros preferidos y algo así como una marca registrada. Definitivamente yo también quiero tener un reno y cincuenta mil millones de pelotudeces, pero no entran en mi closet y eso a veces me hace sentir apretada a juzgar por las ya instaladas cincuenta mil millones de pelotudeces que lo ocupan.
Nos persiguen los adornos navideños y no tengo reno, pero en su lugar me compré un caballito de peluche creyendo que era una jirafa. Aprendí a quererlo igual y ahora somos grandes amigos. Tampoco tengo arbolito y temo quedarme sin regalo por parte de mis generosos, dadivosos y espaciosos seres queridos. Mi comportamiento a lo largo del año amerita un par de gratificaciones materiales, además ahora con los años están meta sacarme muelas y no estoy recibiendo nada de parte del ratón, lo cual ya de por sí me parece muy injusto ya que los molares duelen mucho más que los colmillitos flojos.
Tanto la lista de cosas que necesito, como la del supermercado y la de objetivos para el año que viene son muy abarcativas. Pero ser abarcativo no tiene nada de malo así que si te digo que es Navidad, apretá la espuma loca. O comprate un reno para montarlo hasta el Polo Norte, ¿vamos González?



Publicado en Dadá Mini #10- «El que mucho abarca, poco aprieta» - 2010

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