jueves, 14 de febrero de 2008

Oda a las Zapatillas Verdes

Empacando para salir de viaje me dispuse a elegir el calzado que habría de llevar y sucumbí a la tentación de sacarlas de paseo una vez más.
Hace aproximadamente 8 años llegaron a casa un día que mamá repartió regalos y me presentó a quienes habrían de ser mis inseparables compañeras, y claro, porque una sin la otra es imposible que formen un par coherente. Tenía alrededor de 13 años y se las había encomedado especialmente escribiendo su nombre en un papel junto con el color que prefería y el talle que se ajustaba a mi pie.
La primera salida juntas fue hasta el kiosco del barrio en compañía de mi amigo Fede que fue quien me dijo "esas zapatillas son de panqueque" y que su hermano solía usarlas con un par de jeans elastizados. Fede, lo mismo hacía mi hermano, no fue casual la elección.
Luego de esas primeras escapadas por los alrededores de la casa empezó el furor de los pogos en los recitales, la tierra de los Cosquín Rock en la plaza y las tardes en la esquina comiendo criollitos con Coca.
Cada vez les fui tomando más cariño hasta el punto de llevarlas a las fiestitas felices sin importarme que lo que estaba de moda eran en realidad las sandalias taco chino.
Con medias, sin medias, con jean, short, vestido, pollera, pero siempre con talco. Todo valía, para horror de los ojos críticos de mis hermanas que me pedían por-fa-vor y de una vez por todas que las tirara a la basura.
Rotas y sucias fueron excusa para adquirir en varias oportunidades nuevos pares de otras marcas y otros estilos. Mamá incluso trató de reemplazarlas con unas nuevas azules a las que siguieron unas negras. Pero no funcionó. Las primeras duraron poco más de un año y las segundas, conocieron la muerte en un basurero de la terminal de San Martín de los Andes.
Las verdes aún resisten estoicas y valientemente conservan la exclusividad de haber sido las primeras y serán las últimas a modo de trofeo de mi adolescencia.
Hoy, en paz descansan en una caja en mi ropero rotulada en fibrón negro: "Ropa Suspendida".


ALGUNAS IMÁGENES DE SU PASO POR ESTE MUNDO


En plena meditación cósmica.

Pacientemente intentado prender un cigarrillo contra viento y camioneta. Travesía 4x4.


¡Increíble! ¡Conocimos a su doble mejicana! ¡Y más roñosas aún!

2 comentarios:

  1. Las verdes esas son lo máximo (si no te agarra la lluvia en medio de un descampado. Te quiero ver ahí! te quiero ver! Mierda!). Pero sí, yo le voy al Necaxa y las verdes hechas mierda. Hip Hip Hurra!!

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  2. Tenia un sweater azul que me habia tejido. Se fue destiñendo en un tono único que jamás he vuelto a ver. Lo usé a escondidas hasta que me casé. Mi ex y mi vieja lo quemaron durante un asado sin que yo lo supiera. No pude ni llorarlo...

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