(en colaboración con Mariel Breuer)
Ron English es especialista en secuestrar espacios públicos en nombre del arte. Las vallas publicitarias y los murales son el escenario preferido para sus irónicas críticas y descargos políticos: el muro de Berlín, el muro de separación Palestino, Checkpoint Charlie y el Centro Cultural Recoleta en Buenos Aires, donde secuestró la mente de los presentes en el Puma Urban Art.
A sus cincuentialgo, este artista de Texas, luce hoy como un chico a punto de cometer uno de sus “crímenes” : melena rubia desprolija, pantalones cortos con medias y remera con la leyenda Mc Supersized cruzado en el pecho, el nombre de su escultural Ronald Mc Donald obeso.
En su cruzada por ridiculizar la política consumista, English se dio el gusto de engordar también al tigre Tony, a Capitan Crunch, al conejito de Trix y al loro de Froot Loops: los Cereal Killers.
El estilo crítico que lo caracteriza, lo lleva a emparentarse filosóficamente incluso con Matt Groening, el creador de The Simpsons, quien lo llevará a la pantalla en un capítulo de la próxima temporada.
English usa el término POPaganda, su marca, para explicar el mash-up entre alta y baja cultura. Su fanatismo por la estridencia pop y la estética comic de superhéroes, es clave para decodificar su técnica fotorrealista y el uso inventivo del color.
¡Vieja escuela!, gritan su actitud y su discurso. El tono casi paternal para referirse a artistas jóvenes, revela un gran compromiso con el movimiento, y su búsqueda de “historias para contar” a través del street art es lo que lo mantiene enérgico y siempre vigente.
En tu web prometes mostrar tu arte y tus crímenes. Conocemos tu obra, pero: ¿cuáles son tus crímenes?
Todas las intervenciones en carteles publicitarios son ilegales.
¿Siempre trabajaste sin permisos?
Sí, por 30 años, pero la “ilegalidad” de la acción no es la razón para hacerlo. El punto de intervenir en publicidades en la vía publica es que si quiero decir algo sobre McDonald’s, por más de que pague por el espacio, no puedo hacerlo. Entonces quedo excluido de tener determinados pensamientos. Pero si me alquilaran un espacio de publicidad en la calle, sin dudas lo haría, aunque posiblemente perdería interés, no habría necesidad de armar pandillas. Los artistas de ahora nunca fueron parte de una pandilla, fueron a la escuela de arte, pero nada de pandillas. Son artistas y la gente comienza a entender que eso está bueno. Durante años hubo artistas haciendo intervenciones de manera ilegal y se tuvieron que tomar el tiempo para que a la gente le gustara, ¡y ahora a todo el mundo le gusta!
¿De dónde te salen tantas ideas?
De todos lados... en el supermercado, por ejemplo: veo las cajas de cereales y pienso si no sería divertido que los personajes se comieran todo ese cereal.
¿Ves tus trabajos como una forma contemporánea del movimiento pop? ¿Qué pensás de Warhol?
¡Lo amo! Andy Warhol fue la primera persona con una nueva forma de pensar. Antes de él, artistas como Jasper Johns o Pollock, tenían un mundo muy pequeño, sólo podían hacer una cosa, pero él cambió todo, tenía bandas y hacía fiestas. Alguien tuvo que hacer eso para que el público pudiera hacerse la idea, antes había una resistencia. Seguro que a Jasper Johns le hubiera encantado tener sus obras en las paredes de un edificio y no pudo, en cambio ahora es aceptado. La gente piensa que está bueno y ese es el punto: queremos hacer un disco, queremos pintar y queremos estar en las calles también, ¿por qué no querríamos?
Es la forma de estar más involucrado en el arte
Y es un desafío, porque no todo lo que hagas en una tela va a funcionar en otro lado, como por ejemplo, en una tabla de skate. Hay que readaptarse a cada situación y lleva mucho tiempo.
¿Qué pensás del surrealismo pop? ¿está emparentado con el street art?
El problema con el surrealismo pop es que no tiene historias para contar: «uy, se me cayó el pincel, me voy a agachar a buscarlo», es todo lo que puede pasarles. En cambio con el street art estás saltando de un edificio a otro, interviniendo carteles, se te rompe la escalera, tenés que saltar cinco metros hasta otro edificio y no sabés si vas a llegar... y cuando te bajás hay una muchedumbre y un policía te persigue y la gente que piensa que sos un imbécil. Pero esa es una mejor historia que agacharse a buscar el pincel.
¿Te gusta pintar en tu taller o salir a las calles a intervenir?
Es muy diferente y en cierto modo es lo mismo. A veces es bueno estar solo y solucionar un determinado trabajo, pero se puede volver un poco solitario y entonces voy a la calle.
En tus obras se refleja una crítica fuerte a cierto sistema comercial establecido, pero ahora estás pintando para Puma, ¿cómo es tu vínculo con el marketing comercial?
Yo mismo soy una marca: tengo un logo, tengo merchandising que se vende con la marca. No creo que se pierda la capacidad de ser crítico con algo por estar involucrado en ese mismo medio. Porque critico al “juego” soy más parte de él y apunto a ser un mejor jugador.
Para una campaña de Absxlut Vodka pintaste una versión en rayos X del Guernica de Picasso, ¿fue en apoyo o en modo crítico?
Fue una acción en conjunto con la marca. En Milán hice un Elvis y pensaron que era porque él se murió de alcoholismo, aunque no fue eso exactamente lo que lo mató...
¿Cuál es tu herramienta preferida?
No uso nada digital. Hago esculturas y con ellas hago pequeñas escenas que fotografío y después pinto a partir de esas fotos.
¿Quién es tu superhéroe?
Me gustan todos mis contemporáneos: Jeremy Fish, Mark Ryden, Marion Peck. Me gusta el movimiento del que soy parte, pero artistas como Diane Arbus me convirtieron en artista. El modo en que veía a la gente y los fotografiaba. Me gustan tantos: Andy Warhol por sus ideas y Keith Haring que hizo lo que quería sin esperar nada.
¿Y si no fueras un artista a que te dedicarías?
Sin importar en qué negocio me involucre, me obsesiono por completo. Estar casado puede ser un problema porque mi verdadero amor es el arte y mis hijos lo odian, quizás porque fue parte de sus vidas desde siempre: ellos posan para mis pinturas, hay gente con sus caras tatuadas, ¡gente famosa! (el rapero Chris Brown, por ejemplo).
¿Qué trabajo odiarías hacer?
Jamás podría trabajar en un comercio. Tampoco podría trabajar colocando carteles porque le tengo pánico a las alturas. No me importa tener miedo si tengo objetivos más importantes, pero sólo por plata no lo haría.
3 objetos imprescindibles
Mi cerebro
Mi corazón
Mis Puma
3 websites
Estoy muy viejo para esas cosas.
Publicado en Dadá Mini #18- «La casa está en orden» - 2012
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