jueves, 9 de febrero de 2012



Su eterno afán por encontrarle belleza a las cosas provocó que ya no concibiera un universo que no estuviera descripto en sus versos, en esa voz que dictaba sensaciones aún latentes. 
Crecí con su poesía y sus acordes, dejando que hablara por mí, 
porque sólo un mago puede hacer sonar tan perfecto la conjunción de las palabras 
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Un mago que nos explicó que esa belleza universal existe 
y está dentro de cada uno de nosotros.


Conmovida emoción compartida y gracias por tanto.
Hasta siempre, Luis Alberto Spinetta.

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