jueves, 18 de diciembre de 2008

Sano Celo Mediático

En el día de ayer descubrí hojeando (a través de las hojas) y ojeando (con los ojos) en el diario La Nación en la página 15 de su edición impresa la fotografía de una íntima amiga de mi hermana que, en su calidad de “mejor promedio” – parafraseando al epígrafe- del Master de Periodismo que dicta el mismo medio, desde un estrado pronunciaba el discurso de la promoción 2008.
“Qué grosa, me picó un poco la envidia, yo acá de empleada pública” escribí en clave SMS a mi hermana/su amiga.
A lo que contestó: “A mi también y encima la única vez que pude salir en un diario llegué tarde a la foto por M. el día del evento, me imagino a vos!”.
No supe bien a qué se refería con eso del evento y a aquella posibilidad que tuvo de ser publicada, pero mi mente automáticamente se remitió al archivo y recordé que la única oportunidad en la que aparecí en un matutino fue a modo de cabeza entre una hormonal multitud que estaba viendo Erreway (si si la banda de Rebelde Way) en la cancha auxiliar del Chateau Carreras allá por el 2003 cuando fui a modo de acompañante de una especie de sobrinita/primita de un ex novio.
Ahí fue cuando la escena se compuso aún más patética, dejando de lado los motivos que remitían directamente a mi condición de promedio regular de la facultad y de estar lejos de ser una estrella, se intensificó el celo mediático y el mérito de la difusión en detrimento de mi propia percepción como colega de la que si lo merecía. Perseveré en mi research y mi autoestima se vio un poco aliviada cuando me retrotraje al hecho de que hubo una segunda aparición, pero esta vez en la pantalla de Crónica hace unos años en el marco de una Creamfields cuando me limité a responder a la pregunta del cronista “¿cómo la están pasando?” con un seco y tajante “A PLENO” debajo de una capucha de rompeviento. Adhiero al perfil bajo.

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