miércoles, 18 de enero de 2012

La Luz Como Metáfora

El anónimo protagonista de Trampa de Luz, primera novela de Matías Capelli, debería pagar las cuentas antes de que le corten el servicio y finalmente quede a oscuras.

En la novela de Capelli los ascensores no funcionan, no suben ni bajan, y a los autos se los maneja con inseguridad o se los abandona junto al cordón de la vereda.
Cuando las cosas se rompen el protagonista deja de usarlas, ya que arreglarlas le sale más caro que conseguir unas nuevas, y cuando encuentra un viejo lector de discos se da cuenta de que «en todo este tiempo que lo había borrado de su cabeza, se había arreglado solo. Algo similar le había pasado con un celular y con una lámpara que estaba seguro hacía cortocircuito, pero nunca con una relación».
El relato está centrado en un personaje sin nombre y recién salido de joven, que deja macerar sus sentimientos en un tupper  y sobrevive en un contexto urbano, caluroso, putrefacto y rodeado de basura que lo descompone pero que no limpia.
Atravesado por los discursos de los medios de comunicación y víctima de su imposibilidad de avanzar, sobrelleva -como arrastrando los pies con pantuflas- una serie de síntomas posmodernos: paranoia, ansiedad, pulsión sexual reprimida, sensación de fracaso, hastío, dejadez. 
El narrador utiliza la tercera persona para distanciarse y captar un plano general. El protagonista, por su parte, saca fotos de las cosas que le gustan, usando la cámara de su ex novia embarazada de otro hombre y con la que fantasea masturbándose en la ducha.
El protagonista no sabe en qué momento Silas, el encargado del edificio, se convirtió en su único referente masculino, y con él comparte changas para ganarse unos pesos. La relación entre ellos es como la de dos guardias de seguridad de un museo de arte contemporáneo, los mismos que “fabulaban su pasado y añoraban futuros imposibles, pero nunca hablaban de arte”. Es decir, no hablan de lo que les pasa ni de aquello con lo que conviven.
El personaje de Capelli monta una especie de obra de teatro mental donde sintetiza todos los elementos que integran sus deseos cotidianos: tener plata, saldar las deudas, equilibrar la relación con su familia; pero entre esos elementos algunos no funcionan y tampoco supo arreglarlos, el auto no arranca y nada sale según lo planeado. 
¿Podrá pagar la luz o es sólo una trampa para amenazar con la oscuridad?

 Trampa de Luz
Matías Capelli
Eterna Cadencia
96 páginas
$49

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