Pelopincho no sólo es requete divertido sino que también es sano, como los muñequitos de masapán. Pelopincho despierta en el usuario un sinfin de probabilidades resueltas a priori, o a posteriori, pero que no están tan descuidadas como lo que es no-pelopincho. Ser más pelopincho implica ser volátil y certero, cuidadoso y mequetrefe, singular y melódico, confiado y celofán. Hace tiempo que no es tan fácil despertarse y sentirse pelopincho, pero es cuestión de probar y probar hasta que los neutrones y ribozomas se encausen simétricamente alineados con el sistema nervioso central y lateral del tronco elíptico corporal intensivo. Pelopincho es audaz, audaz hasta la médula. Porque no es cuestión de desmerecer a tan grande apología a la alegría infantoveraniega; el calor; los fantasmas; los rincones enmohecidos; los vigotes del señor de la foto; el nylon con olor a pata que cubre al queso cremoso que ya tiene los bordes para rallar; el reloj de la cocina que marca la hora de Trípoli, o Catamarca, da igual, debe ser por las pilas; el cepillo de dientes nuevo que venía con la pasta y que tiene goma de borrar entre los pelos; el miedo a encontrarme al demonio en la escalera; una langosta marrón y gigante que vuela desalmada para posarse en la nariz de una desprevenida señora que espera el colectivo y siente su corazón estallar al ver entre sus ojos un monstruo apocalíptico a punto de devorarla (sólo bastará un manotazo para estrellarla contra el piso y mirarme enardesida por mi risa-carcajada inevitable); todo, todo todo, todo todo todo, es mejor si pelopincho es pelopincho, porque si pelopincho no es pelopincho, es mucho peor, o por lo menos eso pienso, o creo que pienso, o pienso que creo que pienso, o me imagino que pienso que creo que pienso, pero más bien espero pensar que creo, porque tal vez sólo creo, creo y basta, aunque puede ser que intente creer a secas cuando en realidad no creo sino que espero, espero creer que soy más pelopincho que no-pelopincho. Porque pelopincho es mágico, y eso para mí está bien. Yo prefiero ser pelopincho que no serlo; por lo menos, mientras se pueda y quiera... por lo menos, así lo veo yo. Y yo soy Yo, más allá de todo lo pelopìncho que intente y desee ser.
Mr. G. Pinchhair (Rector de la Universidad Sintética de Pacula)
Solicito urgentemente una beca para hacer un master en la Universidad Sintética de Pacula. Adjunto mi CV y una carta de recomendación de Pablo Massa quien en la último mes festejó El Día del Plástico y créase o no, se decretó como feriado en la fábrica.
pelopincho..., wing izquierdo, tubi 3 y tubi 4 (corazon de caramelo), argentina'86, austral, el cuarteto de pirincho, pizzeria san luis (la original), renault 18, señorita maestra, chauuuuuuu
pelopincho, es fiesta bajo el sol con una cantidad de agua capaz de refrescar cada parte del cuerpo y solo y exculsivamente, en el patiecito de mi casa
Sí. Pero es de plástico.
ResponderEliminarjajajaja!
ResponderEliminarPelopincho no sólo es requete divertido sino que también es sano, como los muñequitos de masapán.
ResponderEliminarPelopincho despierta en el usuario un sinfin de probabilidades resueltas a priori, o a posteriori, pero que no están tan descuidadas como lo que es no-pelopincho.
Ser más pelopincho implica ser volátil y certero, cuidadoso y mequetrefe, singular y melódico, confiado y celofán.
Hace tiempo que no es tan fácil despertarse y sentirse pelopincho, pero es cuestión de probar y probar hasta que los neutrones y ribozomas se encausen simétricamente alineados con el sistema nervioso central y lateral del tronco elíptico corporal intensivo.
Pelopincho es audaz, audaz hasta la médula. Porque no es cuestión de desmerecer a tan grande apología a la alegría infantoveraniega; el calor; los fantasmas; los rincones enmohecidos; los vigotes del señor de la foto; el nylon con olor a pata que cubre al queso cremoso que ya tiene los bordes para rallar; el reloj de la cocina que marca la hora de Trípoli, o Catamarca, da igual, debe ser por las pilas; el cepillo de dientes nuevo que venía con la pasta y que tiene goma de borrar entre los pelos; el miedo a encontrarme al demonio en la escalera; una langosta marrón y gigante que vuela desalmada para posarse en la nariz de una desprevenida señora que espera el colectivo y siente su corazón estallar al ver entre sus ojos un monstruo apocalíptico a punto de devorarla (sólo bastará un manotazo para estrellarla contra el piso y mirarme enardesida por mi risa-carcajada inevitable); todo, todo todo, todo todo todo, es mejor si pelopincho es pelopincho, porque si pelopincho no es pelopincho, es mucho peor, o por lo menos eso pienso, o creo que pienso, o pienso que creo que pienso, o me imagino que pienso que creo que pienso, pero más bien espero pensar que creo, porque tal vez sólo creo, creo y basta, aunque puede ser que intente creer a secas cuando en realidad no creo sino que espero, espero creer que soy más pelopincho que no-pelopincho.
Porque pelopincho es mágico, y eso para mí está bien. Yo prefiero ser pelopincho que no serlo; por lo menos, mientras se pueda y quiera... por lo menos, así lo veo yo. Y yo soy Yo, más allá de todo lo pelopìncho que intente y desee ser.
Mr. G. Pinchhair (Rector de la Universidad Sintética de Pacula)
Solicito urgentemente una beca para hacer un master en la Universidad Sintética de Pacula. Adjunto mi CV y una carta de recomendación de Pablo Massa quien en la último mes festejó El Día del Plástico y créase o no, se decretó como feriado en la fábrica.
ResponderEliminarpelopincho..., wing izquierdo, tubi 3 y tubi 4 (corazon de caramelo), argentina'86, austral, el cuarteto de pirincho, pizzeria san luis (la original), renault 18, señorita maestra, chauuuuuuu
ResponderEliminarpelopincho, es fiesta bajo el sol con una cantidad de agua capaz de refrescar cada parte del cuerpo y solo y exculsivamente, en el patiecito de mi casa
ResponderEliminarInvitá Anónimo!
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