Vergüenza ya me da cuando entran a mi cuarto y ven ese monumento al descuido y más pena todavía cuando N., que me la regaló con tanto cariño, me dice "Coqui, uno de estos días vamos a limpiar la pecerita". Me reprochan y se lamentan por la calidad de vida de mis insalubres peces que ya confunden sus propios desechos con la comida que les tiro todas las mañanas. "Los pescabadidos" les dice Pedrito que ya casi que no los visita y pasa de largo hasta la biblioteca de donde saca los playmobil para jugar.
Pero esto se termina hoy. Si quiero hacer del mundo un mejor lugar para vivir, debería empezar a cuidar mi pequeño ecosistema.
Ya lo decidí: HOY VOY A HACER DE MI PECERA UN ESPACIO HABITABLE.
Yo creo que todos tenemos un "monumento al descuido", como magistralmente has llamado a tu pecera, Cocó. En algunos puede llamarse armario, en otros baúl o cajón y en otros, sencillamente, "el espacio de abajo de la cama", que nadie alcanza a ver.
ResponderEliminarBesos!!! y gracias por otro trago de limonada!
Yo misma soy un gran monumento al descuido.
ResponderEliminarToda mi vida ha sido un gran descuido!
ResponderEliminar