Conversación de escucha robada tipo voyeurista en la cola de ingreso al cine:
X: “Che Maru, el pelado ese que está allá… ¿lo ves? El de remera roja, ¿no es el amigo de Pato?
X: “Che Maru, el pelado ese que está allá… ¿lo ves? El de remera roja, ¿no es el amigo de Pato?
Maru: “No, a mi me suena del club”
X: “No no, es el que estaba el otro día en el asado en lo del flaco, el compañero de laburo de Pato, si boluda es ese”
Maru: “A mi me parece haberlo visto en el club, no sé…a ver…”
X: “No, ni ahí, ese pibe del club no es, con ese pañuelo en el cuello lo sacarían cagando de club, no es del club ni a palos”
Maru: “Ay, no sé, de algún lado lo tengo…”
¡Es ALAN de GRAN HERMANO! me dieron ganas de gritarles a los dos en la cara para que acaben de una vez con esa discusión y despejarles por fin las dudas tan trascendentales que los carcomían e incluso amenazaban con poner en riesgo el equilibrio de la pareja.
Pero me venció la vergüenza, y no la de entrometerme en la conversación sin haber sido invitada a participar, sino la de haber reconocido semejante personaje y encima recordar su nombre.
Las cosas que hace la tele con uno.
Jajaja... me imaginé toda la escena. Síndrome del "famoso como amigo y/o conocido" jajjajajaj! Es real y súper triste! Demasiada TV.
ResponderEliminarY sí, está bien que te dé vergüenza...
ResponderEliminarJA