Será quizás por mi situación de desaliño interior, mi pelo que no se reconcilia con la humedad o mi cara que no se acomoda en el espejo. Contando los días, haciendo un sumario de los meses, nada de eso modifica las distancias ni el día en que pueda lograr la combinación perfecta de palabras que elocuentemente puedan demostrar qué pasa cuando un chicle mordido y abandonado se endurece encima de la heladera.
en mi humilde opinion de chusmeablogs, quisiera decirte que no importa lo que pasa con el chicle, mas bien lo interesante es lo que pasara. Si nos proyectamos al año 2888, epoca en que la arqueologia es furor gracias a los hallazgos de objetos totalmente opuestos a los digitales, Tu chicle sera considerado un tesoro del pequeño y remoto planeta a la sazon llamado XXY, y gracias a las tecnologias avanzadisimas, podran reconstruir tu imagen para ser publicada en la revistas de esa era, y por ende seras FAMOSA! en muerte pero bueno algo es algo, ya lo tenias descartado eso asique espero haberte subido el autoestima aunque sea un poco.
ResponderEliminarSaludos terricolas.
Más allá de los acontecimientos detallados, en los reflejos póstumos de una idea, aún no llego a entender qué es ésto! qué es! Es tan sólo un intento, enmascarado, para conseguir la aprobación de una erupción irrefrenable de etéreas incoherencias? sólo buscar infantilmente un aplauso? o realmente te decidiste a congeniar con tu imagen, a soportar la crudeza de las formas?... no le heches la culpa al espejo, ni a la humedad... no señora! los chicles no saldrán nunca de esa calamidad, como nosotros nunca entenderemos el calendario. qué mierda es eso?! Nada.
ResponderEliminarYo mejor me consigo una bailarina de exportación y la convido a mis colegas incendiarios, con una sombrillita en la luneta... vos, podrías buscar ya mismo a Mister Ponch, y sacudirle el polvo de las medias de una cachetada. No tengas miedo, el comedor está vacío y no llegaron, aún, los semáforos untables.
Un amigo un día me dijo: "vos sos? o te hacés?!", a lo que yo respondí zapateando y perforando un tanque australiano, y absorviendo toda la corteza de los termos pendencieros. Por último te digo... si seguís así no creo que pueda decirte más las cosas al revés.. desisto... esto es demasiado.(más que nada lo de loser...terrible)
john àslho
Qué onda con esas fotos de nosotros mismos frente al espejo ... por qué todos tienen una? Incluso intenté sacarmelá usando un flash, qué imbecil.
ResponderEliminarQué imagen la del chicle en la heladora Cocó, me pone triste.
Jonaslo, anodada por tu necesidad de encontrar coherencias cuando siempre te jactaste de no estar buscándola, comentote que no pretendo desenredar ningun tipo de hilo conductor asi que sólo deseo que a tu poncho no le pongan plomo en sus flecos ya que de lo contrario estarías condenado a ser por siempre un paupérrimo MISTER PONCH !!!
ResponderEliminarA mi tambien me puso triste lo del chicle ese. Pobresito mi alma, ahi solito, endureciendosé sin más, sin una boca que le preste saliva. Terrible metáfora de la extinción del ser! Retoceded, Perversa escritora!
ResponderEliminarClaaaaro, claro... ahora la culpa es mía... mirá vos, che!
ResponderEliminarQuiero decirte que has acertado en decir que yo intento no buscar coherencia en la realidad, porque de hecho creo que no existe tal cosa. El único orden que rige el devenir es el mismísimo Caos, la incertidumbre... pero debo hacerte notar que has errado en una apreciación: no busqué "coherencias", sino que intenté hacer notar, y resaltar, la incoherencia y lo absurdo que resulta buscar explicaciones a ciertas cosas que son de por sí irreductibles al, por demás limitado, ámbito de la razón. Por más que esa busqueda se disfrace de despreocupación, es busqueda al fin y lleva implícito el requerimiento, tal vez inconciente pero desaforado, de construcciones mentales (formuladas a posteriori y creadas a partir de una ficticia y aleatoria representación de la realidad) que ayuden a aclarar la confusión que nos embarga cuando nos damos cuenta de lo absurdo de la pretención de racionalidad científica de la humanidad..
Y, como ahora mismo, en este preciso instante, estoy acreditando las idioteces que estoy diciendo con pretenciones de universalidad, mejor me callo la boca y no intento más congeniar ideas, tarea de por sí inútil y sin sentido, más aún cuando no hay nada que afirmar o negar...
Cocó, si yo soy Mr. Ponch, vos sos Heidi... Tomá! jaja
johnâslö